Uno por uno, cómo pueden cambiar los gastos por conexión, envío de mobiliario y herramientas de trabajo, entre otros «plus» laborales.
A fines de julio pasado el Congreso de la Nación aprobó la Ley de Teletrabajo, desarrollada a partir de la combinación de varios proyectos que buscaban regular esta modalidad y de intensas discusiones y consultas en la etapa de Comisiones.
La realidad es que contar con algún tipo de marco normativo para esta forma de trabajo se volvió aún más urgente en la medida en que muchas empresas encontraron en ella la única vía para seguir operando mientras durara el decreto de aislamiento social, preventivo y obligatorio, ASPO.
Así fue que para el 14 de agosto fue publicada en el Boletín Oficial de la Nación la Ley 27.555 que regula el teletrabajo, y comenzará a regir 90 días después de que se termine el período de aislamiento.
A partir de ese momento, las personas que se desempeñen bajo esta modalidad la Argentina gozarán de los mismos derechos y obligaciones que las que lo hagan en forma presencial y su remuneración no podrá ser inferior a la que percibían o percibirían en modalidad presencial. Además, se determina que los convenios colectivos deberán prever una combinación entre prestaciones presenciales y por teletrabajo.
La ley ordena que el empleador debe proporcionar el equipamiento, las herramientas de trabajo y el soporte necesario para el desempeño de las tareas, y asumir los costos de instalación, mantenimiento y reparación de las mismas, o compensar por la utilización de herramientas propias de la persona trabajadora.
Estos cambios se irán dando de manera muy paulatina en el mercado de trabajo. Alexandra Manera, Directora de Recursos Humanos del Grupo Adecco Argentina & Uruguay, especificó que «El primer punto importante es que si bien la ley ya fue sancionada, lo que nos va a marcar el eje fundamental de trabajo será su reglamentación. Entonces las empresas podrán hacer un análisis más fino de situación y planificar con cuestiones concretas el impacto de la misma.»
«No obstante está claro que el ejercicio de las áreas de Recursos Humanos tiene que ver con poder proyectar esta modalidad analizando posibles escenarios, estudiando distintas variables en términos de infraestrucutra, datos demográficos de los equipos, recursos financieros, etc.» le dijo a iProfesional.
«Entendemos que la ley aún deja muchos grises respecto a su implementación, alcance, detalles. Además de la lectura de la misma puede visualizarse que está muy focalizada al personal dentro de convenio, por lo cual las empresas esperan la reglamentación para ver cómo avanzar y gestionar respecto al personal fuera de convenio«, coincidió Marcela Angeli, directora de Gestión de Talento y Compensaciones de Willis Towers Watson Argentina (WTW).
De hecho, algunas compañías venían anticipándose con distintas medidas a lo que esta Ley ya proponía para esta nueva relación laboral.
A principios de junio, antes de la sanción de la ley en el Congreso, WTW dio a conocer una encuesta sobre beneficios en la cual daba cuenta de que entonces solo un 7% de las empresas pensaba en rediseñar de alguna manera el beneficio de almuerzo para adaptarlo a la situación del aislamiento, alrededor de un 12% pensaba en compensar el gasto por conexión a Internet, un 30% habían enviado a los teletrabajadores monitores y teclados (la mitad aproximadamente se negaba a hacerlo) y un 23% había pensado en darles una silla ergonómica.
Este panorama, que cambiará por ley 90 días después de que en la Argentina se dé por terminado el ASPO, ya comenzó a modificarse aunque muy lentamente.
Marcela Angeli ofreció una explicación al respecto: «Aún no vemos que las empresas estén rediseñando los beneficios. Están repensando la modalidad de trabajo para luego definir o redefinir y diseñar los beneficios. Entendemos que es una de las componentes de la propuesta de valor al empleado que mayores cambios podría tener como consecuencia de cual sea la nueva modalidad de trabajo.»
Beneficios para teletrabajo hoy
Una última encuesta de WTW se llevó a cabo entre el 6 y el 14 de agosto, días después de darse a conocer el texto final que tendría la Ley de Teletrabajo y al calor del debate sobre los beneficios y complicaciones que les traerá a las empresas aplicarla.
De las 389 grandes firmas nacionales y filiales de multinacionales relevadas, solo un 9% se había visto impactada positivamente por las medidas de aislamiento, mientras que un 12% debía no haberse visto afectado, un 5% no sabía y las demás (72%) se vieron en algún nivel influenciadas negativamente.
Asimismo, solo un 3% de las compañías aseguraban que tras la experiencia de la pandemia, no incorporarán la modalidad de teletrabajo. Un 26% decidió comenzar a aplicarlo, un 35% que ya lo aplicaba ampliará este beneficio mientras que el 36% aseguró que dependerá del impacto de esta nueva reglamentación.
Esas cifras son similares a las que también relevó PwC Argentina días atrás, que si bien registró que el 57% de las organizaciones demostraba un bajo nivel de satisfacción respecto de la Ley de Teletrabajo, solo un 7% dijo que no aplicará esta modalidad una vez terminada la pandemia.
Desde PwC se envió un informe de coyuntura que incluye una nota editorial sobre el futuro del teletrabajo, firmada por Marcelo Brandariz Socio de PwC Argentina y especialista legal. Él asegura que la tarea de conciliar esta modalidad con las actuales estructuras «no resulta sencilla y seguramente, el empleador deberá estar dispuesto a asumir algunos riesgos vinculados con ciertas incomodidades muy poco razonables y desigualdades que nos propone la ley».
«El desafío pasa por intentar no claudicar ante la nueva regulación no perdiendo atractividad en nuestra propuesta de trabajo, manteniendo una ‘modalidad beneficio’ valorada especialmente por los trabajadores y teniendo en cuenta que son los propios trabajadores los primeros interesados y preocupados por no perder esta modalidad,» añadió.
Y realmente no se equivoca si consideramos que, los empleados parecen ya haber formado su posición al respecto: una encuesta de Adecco Argentina desarrollada a fines de agosto mostró que si bien el teletrabajo fue una novedad de la pandemia para el 58% de los argentinos, hoy un 50% quiere seguir trabajando desde su casa cuando la emergencia sanitaria termine.
«El trabajo remoto ha llegado para quedarse. Sin duda, trabajar desde casa hará que nos replanteemos cómo mantener el trabajo en equipo, la colaboración, la comunicación y la productividad. En este sentido, podremos darnos cuenta de si estábamos o no sacando el máximo provecho a la tecnología con la que ya contábamos. Esta crisis servirá para convencer de sus ventajas a aquellas empresas reticentes a fomentar este tipo de trabajo«, afirmó Alexandra Manera.
No todo está perdido. Algunos empleadores parecen haber cruzado ya la cerca hacia el lado del trabajo remoto. La gran mayoría de las encuestadas por WTW (40% en cada caso) en agosto dijo que ofrecerá 2 o 3 días de teletrabajo por semana, solo un 10% se inclinó por dar solo un día a los empleados para desempeñarse a distancia y el restante 10% dará cuatro jornadas semanales.
Así y todo, los horarios flexibles tan típicos del trabajo a distancia por la autonomía, el aumento de productividad que conllevan y la posibilidad que otorgan al empleado de conciliar su vida laboral con la personal, siguen siendo resistidos en casi la mitad de las empresas.
Veamos uno por uno qué ocurrió con los beneficios asociados al teletrabajo antes y pocos días después de la sanción de la ley.
Pago de gastos
Ese fue uno de los puntos más discutidos de la Ley de Teletrabajo y solicitado por los gremios, para evitar que este experimento masivo del trabajo a distancia termine siendo un traspaso de costos y responsabilidades a los empleados que se sigan desempeñando bajo esa modalidad.
Hasta ahora el pago de gastos por, por ejemplo, conexión a Internet era un plus que daban empresas con carteras de beneficios muy desarrolladas y a discreción, para talentos muy valorados. Esto por ley se volvería un estándar para quienes tengan personas trabajando de manera remota.
«Creemos que el reconocimiento de ciertos gastos podría llegar a ser parte de lo que plantea este nuevo modelo. Todo tendrá que ver con lo que se proponga cada organización», estimó Manera.
Así y todo, el pago de la conexión a Internet fue el que por ahora viene –muy lentamente- sumando adhesiones entre las empresas. En la última encuesta de WTW en la Argentina, además del 5% de las firmas que ya abonaban ese gasto se sumó un 10% más que lo implementó y otro 35% que lo tiene bajo análisis.
¿Cuánto están pagando las empresas bajo este concepto? El promedio entre las que abonan es de $1.755 por mes, y entre un rango de $1.125 y $1.963 de acuerdo a la mencionada consultora.
Respecto de ese reembolso, Angeli consideró que «es algo que va a crecer en el mercado, ya sea bien porque lo estipule la ley o porque las empresas definan que esta sea una nueva modalidad de trabajo y ya no un beneficio, por lo cual asumirán los costos y le darán más el tratamiento de una herramienta de trabajo.»
Pero incluso con la ley ya sancionada, el 49% de las organizaciones relevadas por se negaron a abonar algún tipo de compensación por la conexión a Internet utilizada para trabajar.
Aun menos serán las entidades que compensen el consumo de electricidad. Ninguna de las que participaron de la encuesta de WTW lo hacía y solo 2% comenzaron tras la experiencia de pandemia. Un 22% dice estar analizando la situación y más del 75% ya descartaron compensar por esto a sus teletrabajadores.
Los empleados, por su parte, piensan distinto. Según dijeron a Adecco Argentina, para asegurar un desarrollo efectivo del teletrabajo consideran que el empleador debería proveer computadora (70%), Internet (56%), silla ergonométrica (33%), el pago de la factura de luz (19%). Sin embargo, sólo el 4% de los que hacen teletrabajo reconocieron que la empresa decidió hacerse cargo de algunos de sus gastos.
Mobiliario y equipamiento
El teclado fue algo que muchas compañías ya habían brindado a quienes se desempeñaban desde el hogar y un 43% hicieron lo propio durante la pandemia. Solo un 30% de las firmas relevadas por WTW no dará este tipo de dispositivo a los teletrabajadores.
Algo similar ocurrió con los monitores: entre las organizaciones que ya lo habían otorgado y las que lo hicieron en aislamiento suman el 52% de las consultadas.
Las impresoras, se ve, no corrieron la misma suerte que otros elementos de trabajo. El 81% no piensa dar impresoras a sus empleados y solo un 7% en agosto lo había hecho.
El mobiliario para ubicar todos estos equipos y atravesar largas jornadas de trabajo desde el hogar fue otro de los puntos que muchas empresas atendieron. «Esta fue una de las acciones más implementadas durante la pandemia, no solo por su finalidad de cuidar y proteger la salud de los colaboradores, sino también porque el efecto emocional (en algunos casos y no para todos) de tener las pertenencias laborales cerca, promovió la buena percepción o el engagement del colaborador hacia la compañía», explicó Manera.
Un 9% de las firmas consultadas por WTW ya entregaban silla ergonómica a quienes se desempeñaban desde el hogar, y un abrumador 43% dijo que brindará esa pieza de mobiliario a los empleados. «Vemos que en este periodo las empresas pusieron mucho foco en lo que se refiere al bienestar físico de sus empleados. Y entendemos que el acercarle la silla ergonómica a su domicilio es parte de eso,» aclaró Angeli.
Es decir, más de la mitad de las grandes empresas que operan en el país se están ocupando de que sus teletrabajadores tengan una silla adecuada desde donde realizar sus tareas y no perjudicar su salud, previniendo así dolores lumbares, de cabeza y otras complicaciones que puedan multiplicar el ausentismo o disminuir la productividad.
El escritorio fue menos popular que las sillas: el 84% ya descartó darle a empleados que teletrabajen este mobiliario, solo un 2% lo hizo y un 13% lo tiene bajo análisis.
Salud y capacitación
Un 27% de las empresas dijeron tras la sanción de la ley haber implementado clases de yoga, de gimnasia o pausas activas, algo que la nueva normativa no exige ni menciona.
Un 17% ya practicaba pausas activas desde antes, un 12% hacía lo propio con el yoga y un 13% con la gimnasia.
Entre 35% y 48% de las firmas relevadas siguen y seguirán sin ofrecer este tipo de beneficios.
Beneficios para los que vuelvan a las oficinas
Hay algunos beneficios que seguirán siendo prácticamente en todos los casos exclusivos para los empleados que asistan presencialmente.
Ocurre por ejemplo con el «plus» por almuerzo, que si bien no figura en la Ley de Teletrabajo específicamente, también puede ingresar si se interpreta que aquel que realiza sus tareas a distancia debe gozar de la misma situación que aquel que trabaja físicamente en la empresa.
Angeli adelantó que «seguramente a partir de la reglamentación de la ley y una vez que las empresas determinen como será mejor para cada una de ellas continuar trabajando (presencial, remoto o combinado) este puede ser un beneficio que tenga movilidad o cambio.»
Por el momento, de acuerdo al último estudio de WTW solo el 5% de las empresas siguen dando tarjeta con monto para este fin, y otro 5% dan descuentos en restaurantes o rotiserías. La tarjeta como modalidad ya está implementada en el 7% de las firmas relevadas y otro 21% dice tener esa medida bajo análisis. El restante 66% ya lo descartó.
Los descuentos en lugares cercanos a la vivienda del empleado solo fueron implementados por el 2% y un 14% lo está pensando. Un 80% ya dijeron que es algo que no incluirán en su cartera.
¿Intentarán las empresas de alguna forma equiparar estos beneficios para quienes trabajen desde su hogar? Para Manera, depende de la reglamentación de la ley. «En términos generales es muy complejo suprimir un beneficio así como así. Si el beneficio debe mutar pero el presupuesto se debe mantener, lo que deberemos buscar es la mejora de lo ya percibido. Así, dejar satisfechos a todos se puede tornar complejo por momentos», le dijo la directiva de Adecco a iProfesional.
Asimismo, como muchos de los aspectos de los lugares de trabajo tradicionales los beneficios para empleados presenciales deben repensarse a la luz de la experiencia reciente y de cara a la era post-pandemia.
¿Qué es lo que cambió de sentido por los últimos acontecimientos además del teletrabajo? Los refrigerios gratis, las frutas y alimentos saludables que se ofrecían en la oficina –que muchas empresas enviaron a las casas de los trabajadores en señal de apoyo- e incluso las clases in company. Esos «perks» deberán reformularse para llegar a quienes hoy se desempeñan desde sus hogares o transformarse en algún otro tipo de plus.
Los eventos para empleados, desde el after office hasta la fiesta de fin de año, así como las actividades para las familias dentro de la empresa también debieron cambiar de modalidad este año y probablemente sean repensadas para el futuro también. Todo lo que implique visitas a las instalaciones corporativas, incluso las de representantes bancarios o de las prepagas, están bajo análisis según da cuenta WTW.
Las cocheras fijas para empleados y ejecutivos quedaron en desuso durante estos últimos meses y se reverá su utilidad también una vez que finalice el ASPO. Lo que si seguirá en pie pero deberá adaptarse a las nuevas medidas de seguridad y distancia social serán los espacios comunes en las oficinas, incluyendo las áreas de café y los comedores en planta.