Jack Welch, ex presidente y CEO de General Electric por casi 20 años, tenía una práctica poco habitual: acostumbraba enviar notas de felicitación de su puño y letra, a los empleados más destacados de su empresa. Las cartas eran sumamente valoradas por sus colaboradores. No por nada, eran escritas por el propio líder de la organización, y reconocían, personalizadamente, la labor efectuada.
En sus 25 años a la cabeza de GE, el destacado hombre de negocios siempre tuvo algo claro: sabía lo importante que era reconocer el trabajo de sus empleados. Welch estaba seguro que si premiaba a los buenos colaboradores, obtendría la motivación necesaria para alcanzar las metas de la compañía.
Durante la década de los 80, el empresario trabajó para convertir a GE en una compañía dinámica y competitiva. Disminuyó la burocracia y adoptó nuevos métodos de eficiencia. Una de sus mayores prácticas era despedir, todos los años, al 10% de los ejecutivos con peores resultados, y premiar al 20% más destacado.
“Los líderes capacitan a sus empleados para que hagan correctamente su función, y los motivan y reconocen (…) Reconocen los logros de su equipo y los celebran en grande”, escribió Welch en su libro “Triunfar”, publicado en 2006. En 1999, fue elegido el mejor gerente de todos los tiempos por la revista Fortune, y hoy disfruta de un plan de retiro anual de US$8 millones.
El reconocimiento es una herramienta de gestión que refuerza la relación de la empresa con los trabajadores, y que origina positivos cambios al interior de una organización. Cuando se reconoce a una persona eficiente y eficaz, se están reforzando además las acciones y comportamientos que la organización desea prolongar en los empleados.
“El reconocimiento es parte de la felicitación que todo trabajador requiere recibir periódicamente. Nada motiva más que el éxito, y el reconocimiento es la consecuencia de este éxito. Por tanto, cuando un trabajador recibe un reconocimiento por lo que hace, mejora su desempeño laboral”, dijo Ricardo Pino, director de Alianzas de Centrum Católica.
Premiar el desempeño actúa, tanto a nivel de los colaboradores como de la organización: puede llegar a ampliar y mejorar la satisfacción y retención de los empleados, y la rentabilidad y productividad de la empresa. La gente que se siente apreciada por otros, posee una actitud positiva y mayor confianza y habilidad para contribuir a las metas.
Premiar el desempeño actúa tanto a nivel de los colaboradores como de la organización: ayuda a ampliar la satisfacción de los empleados y a mejorar la productividad empresarial.
Maricruz Torres, directora del Centro de Desarrollo Profesional del Itam de México, refuerza esta idea señalando que el reconocimiento es uno de los factores más importantes en la motivación de los empleados y que, en muchas ocasiones, es incluso más valorado que el sueldo o un ascenso.
“Los colaboradores necesitan saber que su trabajo es útil, que sus esfuerzos son reconocidos por la empresa. Reconocer la labor influye incluso en la retención de los ejecutivos y empleados talentosos: una remuneración adecuada y justa, un ambiente de trabajo agradable y motivante y, uno de los factores más importantes, el reconocimiento al desempeño y al esfuerzo”, recalcó la experta del Itam.
Reconocimiento versus compensación
Muchas empresas no consideran el reconocimiento como parte fundamental de sus prácticas de gestión. Y muchos directivos piensan que el aumento salarial es el único premio que necesitan los empleados, explica Raciel Sosa, director de desarrollo para Great Place to Work Institute.
“El gran problema al interior de las organizaciones, es que la mayoría de éstas tiende a confundir lo que es el reconocimiento con la compensación. La gente no entiende bien el tema del reconocimiento, no sabe reconocerlo, y generalmente lo confunde”, afirmó el especialista.
- Dar las gracias, y premiar las ideas, esfuerzos, cambios y resultados de los empleados, son algunos ejemplos de reconocimiento.
En ese sentido, el experto indicó que existen dos tipos de reconocimiento: el formal e informal. El primero apunta generalmente a lo monetario o tangible, a aquél que debe ser aprobado por un superior, mientras que el segundo es de bajo costo y está orientado a destacar día a día la labor realizada. Se puede poner en práctica con un mínimo de planificación y puede consistir, por ejemplo, en una tarjeta de agradecimiento, un correo electrónico o un agradecimiento público inesperado.
Según Sosa, para alcanzar el reconocimiento formal o la compensación, existen una serie de prácticas que los empleados deben llevar a cabo y esto motivaría a algunos, pero también desmotivaría a otros. El informal, en cambio, no necesita de aprobaciones previas, ya que apunta más bien a reconocer que la gente existe en la empresa.
“La gente que gana una compensación se siente muy contenta, muy motivada, pero aquél que no la recibe siente que hubo injusticia, que no se tomó en cuenta todo lo que se hizo. El reconocimiento informal, en cambio, no es un proceso puntual, sino que debiera ser algo continuo y permanente en la organización”, explicó.
Sepa reconocer
Dar las gracias, reconocer las ideas, esfuerzos, cambios y resultados de los empleados, e implementar sistemas justos y realistas de evaluación del desempeño, que ayuden distinguir a los colaboradores que sobresalen del resto, son algunos ejemplos de reconocimiento informal que las empresas pueden llevar a cabo periódicamente.
Para Fernando Cerutti, director del Diplomado Internacional en Management de la Universidad de Belgrano, compartir con los empleados aquellas cosas que causan felicidad -como los logros conseguidos, un nuevo contrato o una gran inversión- y convencerlos honestamente de que son valiosos para los proyectos, también ayuda a que los colaboradores se sientan reconocidos.
“Es clave tratar de inculcarles a los empleados los tres sentidos más importantes del rumbo empresarial: orientación, destino y descubrimiento, es decir que sepan si vamos bien, a dónde estamos yendo, y generar cierta urgencia creativa para lograrlo”, dijo.
Ahora recuerde: si su empresa no empieza por cumplir con quienes le permiten competir, mejorar, innovar y cambiar, difícilmente podrá esperar algo cambio. Premie la labor de sus empleados, después de todo, un acto de reconocimiento no tiene porque ser tan costoso para ser inolvidable.
Fuente: managementjournal