Varias profesiones comienzan a experimentar una disminución en la demanda, y se podría predecir que, con el tiempo, deberán adaptarse y/o transformarse para no quedar obsoletas

No podemos negarlo. La inteligencia artificial está provocando cambios en muchos puestos de trabajo. Afirmar que hay actividades laborales que se ven amenazadas por esta tecnología puede sonar fuerte, pero claramente es lo que está sucediendo. Varias profesiones comienzan a experimentar una disminución en la demanda, y se podría predecir que, con el tiempo, deberán adaptarse y/o transformarse para no quedar obsoletas.

Contrariamente a lo que se podría imaginar, el mayor impacto ocurrirá primero en aquellas tareas que requieren una mayor exigencia en las habilidades cognitivas (capacidades que tiene el cerebro para funcionar y trabajar con la información que obtiene del ambiente). Esto difiere de lo que sucedía con la automatización de las máquinas y la robótica, donde venían a reemplazar los puestos de trabajo con una mayor exigencia física.

Sam Altman, CIO de OpenAI (la organización creadora de Chat GPT y Dall-e) tuiteó en 2021 que «el precio de los trabajos que ocurren frente a una computadora va a decrecer con una frecuencia mayor que el trabajo en el mundo físico. Esto es lo opuesto a lo que mucha gente tenía pensado, y tendrá efectos extraños».

El trabajo que se realiza frente a una pantalla está digitalizado y, como todo lo digitalizado, contiene datos que pueden ser utilizados para entrenar a la IA. Y esta tecnología puede escribir un código, resolver algoritmos, explicarlos, encontrar errores, documentar el código, escribir requerimientos funcionales, y demás tareas que hoy corresponden a los programadores de software.

En este momento, los puestos de trabajo «entry level» (trainee, junior) son los más afectados. Es por ello que las empresas deberán apuntar a formar consultores e ingenieros de software y desechar la idea de tener programadores de scripts, de contratar profesionales para realizar tareas repetitivas y aburridas, que no den valor agregado (eso sí lo puede resolver la IA).

La inteligencia artificial no puede reemplazar a un ingeniero de software en el armado de soluciones, diseño de sistemas e interfaces, análisis con criterio aplicado, pero sí puede darle soporte y ser una herramienta sumamente útil que permita la mejora en la eficiencia y calidad del trabajo realizado.

Una de las profesiones que está siendo afectada de manera significativa es la docencia, ya que la IA está teniendo un fuerte impacto en toda la educación en general. Con la popularización de ChatGPT, los alumnos tienen al alcance de la mano un asistente para la generación de textos, resolución de problemas y creación de contenido que puede afectar negativamente al modelo de aprendizaje tal como hoy está diseñado.

Durante la pandemia, la educación tuvo que aprender a convivir con la tecnología, y ésta se convirtió en un facilitador que garantizó la continuidad. Hoy en día ya es una realidad que los alumnos utilizan sus celulares, tablets y hasta notebooks durante la clase. La educación debería aprovechar este tipo de avances tecnológicos y los educadores y líderes educativos deberán trabajar en adaptar los modelos actuales.

Otro claro ejemplo es el servicio de atención al cliente, donde cada vez es más común encontrarse con chatbots al iniciar una comunicación con alguna empresa. Suelen utilizarse para responder a preguntas frecuentes, proporcionar información, tomar pedidos o, incluso, iniciar procesos y trámites. Además, resultan muy eficientes en la atención de primer nivel, en el que la IA puede iniciar la comunicación, requerir información y terminar derivando a un agente.

En el campo de las finanzas, las decisiones se apoyan en una gran cantidad de datos históricos. Por ende, muchas tareas y responsabilidades específicas actualmente están siendo delegadas a la IA. A priori, los analistas de datos y especialistas en datos podrían ser reemplazados por sistemas automatizados. La eficiencia que pueden proveer estos sistemas, el procesamiento de grandes volúmenes de datos, la capacidad de realizar cálculos complejos a una velocidad mucho mayor que los humanos, y reducir al mínimo el riesgo de cometer errores, permite a las empresas tomar decisiones rápidas y precisas en un entorno financiero que cambia constantemente.

La IA puede analizar grandes cantidades de datos y detectar patrones y tendencias que pueden no ser evidentes para los analistas humanos, contribuyendo a identificar oportunidades de inversión.

¿Qué trabajos ya están en «manos» de la IA?

Ya vimos que la IA tiene la capacidad de analizar grandes cantidades de datos en poco tiempo, permitiendo a las empresas tomar decisiones de manera rápida y ágil. El procesamiento y análisis de datos están siendo utilizados en campos como la investigación científica, marketing y, como dijimos antes, para el análisis financiero.

Otro uso popular en la actualidad es el de la revisión y moderación de contenido en línea: comentarios, publicaciones en redes sociales, publicidad, y hasta generación de contenido de marketing en redes sociales.

Los asistentes personales como Siri, Alexa y Google Assistant se utilizan para comprender y responder a comandos de voz y ofrecer asistencia en tareas cotidianas, muchas las cuales eran ejecutadas anteriormente por un humano con el rol de asistente o secretario.

Por último, en el campo de la medicina se utiliza la IA en diagnósticos médicos analizando imágenes, radiografías y resonancias magnéticas. Estas aplicaciones habilitan a los médicos a identificar posibles problemas de salud de manera más rápida y precisa.

Empatía, creatividad, habilidades interpersonales: habilidades irremplazables

Así como es difícil definir con solvencia qué trabajos quedarán obsoletos, también lo es establecer cuáles nunca podrán ser reemplazados. Las profesiones artísticas, como por ejemplo músicosescritoresactores, que requieren creatividad y donde el artista puede proveer una perspectiva única y emocional de su trabajo, será muy difícil de ser imitada por la IA. ChatGPT puede escribir libretos, cuentos, hasta incluso chistes, pero, por supuesto, la calidad está lejos de la originalidad de un buen escritor, autor o comediante.

Otro ejemplo son las profesiones como consejeros, terapeutas, trabajadores sociales, enfermeros que requieren empatía, habilidades interpersonales, comprensión emocional, características que la IA no posee.

El futuro es impredecible. No sabemos hasta dónde nos llevará la innovación. Pero seamos conscientes que debemos entender a la tecnología como una aliada, una facilitadora de nuestra vida cotidiana y, por qué no, de nuestras profesiones.

FUENTE: Cronista