Cuatro elementos a tener en cuenta a la hora de gestionar el talento para generar una cultura empresaria ágil

Un escenario común en las empresas es que las tareas asignadas quedan sin atenderse y por lo tanto sin ejecutarse, generando desgaste, retrocesos , perdidas, aumentos de costos y por supuesto clima laboral tenso.

Quienes lideran equipos en las empresas suelen reiterar la necesidad de contar con perfiles con capacidad de tomar los temas, hacerles seguimiento al 100%, resolverlos y estandarizar un método para que la próxima vez fluya sin impedimentos.

El perfil requerido excede o no se relaciona directamente con el compromiso de las personas, sus títulos o su trayectoria profesional; se trata de personas que tienen la capacidad de hacerse cargo de los objetivos a lograr como protagonistas, que no esperan que alguien los controle o les diga lo que tienen que hacer para accionar, los temas los asumen como propios y hacen todo lo que hay que hacer para resolverlos al 100% sin desgaste con sus colegas. Se parecen mucho a los emprendedores, pero dentro de la misma empresa.

Aparte de la autonomía y capacidad de resolución, otra de las competencias que configuran a estos perfiles es el manejo correcto de los pendientes, son personas ordenadas, se organizan con herramientas de gestión y si un tema queda abierto les preocupa tanto que su motivación de resolverlo las inquieta hasta que se lo «sacan de encima».

La configuración de estos perfiles tiene que ver con el Mindset ágil. El diseño de los organigramas de las empresas más innovadoras es más simple, no requiere tanto personal para controlar que otros hagan lo que debieran hacer, esto último podría considerarse una ineficiencia o un costo innecesario.

Para poder lograr esta forma de gestión como cultura es necesario tener en cuenta 4 cosas en orden de importancia:

1. Dedicar mucho tiempo a la selección del personal, no todos tienen estas habilidades y no son fáciles de desarrollar. Las entrevistas por competencias son claves, no se trata de las cuestiones formales o académicas, sino de los comportamientos.

2. Establecer procesos claros de comunicación de las expectativas sobre la problemática a resolver, plazos, responsables y presupuesto.

3. Implementar herramientas compartidas de gestión de pendientes, por ejemplo Trello. Estas herramientas se basan en la lógica de los Tableros «Kanban», las problemáticas se registran como pendientes, en curso o implementadas, con responsables y fechas asignadas.

4. Estandarizar un proceso, un método, para que cada vez que vuelva a aparecer la necesidad o problemática, haya un método establecido y documentado para resolverla.

FUENTE:Cronista