Un ingreso errado no solo genera pérdidas económicas a una compañía sino también un mal clima laboral.
Las contrataciones fallidas pueden llegar a costar a la empresa hasta dos veces el salario anual de los ejecutivos, según datos recabados por la compañía de reclutamiento Hays.
«A este costo hay que añadir -indica Gerardo Kanahuati, director general de Hays México- los efectos negativos que tienen estas contrataciones fallidas en la operativa del negocio,en su rendimiento e, incluso, en el clima laboral».
Tal como señala Hays, en un mercado laboral cada vez más competitivo, donde la escasez de talento es un problema real, realizar una mala contratación puede ser un error fatal para cualquier empresa.
De acuerdo con los datos analizados por la firma, en el caso de un ejecutivo cuyo salario anual sea de u$s400.000, una mala selección «pasa una cuenta de unos 800.000».
A esta cifra hay que añadir los costos derivados del paquete de indemnización común para altos ejecutivos, que suele establecer el salario de un año.
Por si esto fuera poco, la contratación de un sustituto puede tomar entre dos y cuatro meses, periodo en el que la empresa puede perder, en el peor de los casos, el 33% de la productividad que generaría una persona que cumpliera con los objetivos.
Los costos de identificar, entrevistar, contratar y entrenar a una persona son altos y hay que volver a incurrir en ellos una y otra vez hasta que se localiza al profesional adecuado y se le persuade para trabajar en la empresa.
Una contratación errada no solo genera pérdidas a una empresa, sino también un mal clima laboral que, a su vez, puede generar un mal funcionamiento de la compañía y la pérdida de oportunidades de negocio. Además, los demás trabajadores pueden sentirse desmotivados.
Según Hays, de la misma manera que las empresas procuran no equivocarse en sus estrategias y decisiones de negocio, deben ser igualmente cuidadosas al seleccionar a sus ejecutivos. «Cuanto mayor es la posición -indica Kanahuati- mayor es el efecto negativo de una mala contratación. El talento es uno de los grandes activos del negocio y si nos equivocamos al elegirlo las consecuencias pueden ser desastrosas»
Fuente: Iprofesional