Las DAO abren un nuevo paradigma de estructura corporativa, con una jerarquía plana que facilita la ejecución a través de contratos inteligentes visibles.
La pandemia nos dejó un mundo digital, descentralizado, agitado y volátil. Los datos y la analítica están ayudando a las empresas a prosperar y navegar la incertidumbre, pero comprender lo que sucedió ayer, no es suficiente. Necesitamos tener procesos proactivos y automáticos para optimizar nuestra operación y competir en un mundo cambiante.
Al vivir un momento tan disruptivo, las organizaciones tienen muchos retos, no solo para ganar mercados o capturar y retener talento sino para, meramente, sobrevivir. Los espacios corporativos convencionales regidos por una autoridad central están siendo cuestionados desde hace tiempo y la idea de un sistema descentralizado se ha abierto camino tanto en el ámbito privado como en los gobiernos y en el sector público.
La necesidad de tener procesos más eficientes y eliminar el «middlemen» como metáfora de todos los intermediarios que aparecen entre el punto donde se genera la data y el punto donde se consume, es un imperativo del mundo post pandemia.
Y con la llegada de la tecnología blockchain y el mundo crypto, se agiliza la adopción de una nueva forma de trabajo peer-to-peer (P2P) sin intermediarios, sin jerarquías y sin estructuras, las DAO (Decentralized Autonomous Organizations), organizaciones que pueden actuar de forma independiente, de acuerdo con reglas de negocio escritas en piezas de software (Smart Contracts) y sin una autoridad central, donde las decisiones se toman democráticamente con el voto de cada uno de los miembros.
De esta manera, una DAO elimina la complejidad burocrática que tiene una organización tradicional y en cierta forma se comporta como una comunidad que trabaja en conjunto con un propósito común.
Entre los beneficios que proponen, al estar basadas en blockchain y contar con reglas del juego bien definidas, ofrecen mayor transparencia, todas las transacciones quedan registradas en la cadena de bloques y todos pueden ver qué está haciendo la organización con sus recursos.
Sergio Mastrogiovanni: «La pandemia marcó el comienzo de una nueva era que requiere la redefinición de la empresa».
Nuevo paradigma de estructura corporativa
Las DAO recaudan y asignan recursos para cumplir sus metas al igual que cualquier compañía, pero el capital pertenece a todos los miembros y son ellos los que emiten su voto a través de tokens de gobernanza para tomar las decisiones.
Así, las DAO abren un nuevo paradigma de estructura corporativa, con una jerarquía plana que facilita la ejecución a través de contratos inteligentes visibles, verificables y auditables públicamente, brindando niveles de transparencia e inmutabilidad mayores a las compañías que conocimos hasta ahora.
Al ser organizaciones nativas de Internet presentan varias ventajas sobre las tradicionales. Una de ellas, es que no es necesaria la confianza entre las partes. Si bien una organización tradicional requiere mucha confianza en las personas que la respaldan, especialmente en los inversores, con las DAO solo se debe confiar en el código, que es simple porque está disponible públicamente y es transparente y verificable.
Este tipo de organizaciones permite liberarse de la dependencia de las instituciones tradicionales. En lugar de una entidad central que coordine a los participantes, las reglas de gobernanza son automatizadas y dirigen a los actores hacia el resultado más beneficioso para la red.
Con un cambio importante en la tecnología y en el entorno laboral en todo el mundo, es posible que en el futuro las personas dejen de trabajar en un contexto de oficina clásico, adoptando un trabajo en el que realizarán acciones voluntarias como invertir, jugar, aprender habilidades, crear piezas artísticas y desarrollar contenido.
La pandemia marcó el comienzo de una nueva era que requiere la redefinición de la empresa y la gestión de las personas. Con el nacimiento de las DAO, en la sociedad actual, se abre un nuevo horizonte de posibilidades en cuanto a la gestión, organización y coordinación para perseguir objetivos comunes. Sin embargo, el mayor desafío será generacional ya que los más jóvenes crecieron incorporando estos conceptos y el mundo de los negocios recién está empezando a adoptarlo.
Fuente: iprofesional