Ante el crecimiento del home office, los trabajadores autónomos y nuevos organigramas, los gremios ven peligrar su rol destacado en el mundo laboral
Con el teletrabajo convertida en ley y los esquemas organizacionales de la Economía del Conocimiento (que tienden a contar con talentos satélites) el modelo sindical argentino muestra dificultades para adaptarse a lo que viene.
La pregunta que comienza a correr como reguero de pólvora en esta rama de actividad es tan clara como fundamental: ¿terminarán provocando estos modos de organización empresarial, que dan mucho mayor espacio y un gran protagonismo a los trabajadores freelance, el nacimiento de un nuevo sistema de derechos laborales?
Y asociado a ello, ¿cómo se irán adaptando los sindicatos a este movimiento? A esto hay que sumar que los nuevos modos de contratación -tal como sucedió en la controversia entre Mercado Libre contra Camioneros–  ponen de manifiesto la tensión entre los derechos tradicionales de los empleados y lo que en la realidad cada persona acepta al momento de entrar en una firma.

Teletrabajo

«Ninguno de todos estos avances tiene como propósito evitar o anular la presencia sindical, la cuestión aquí es que los líderes gremiales deberán aggionarse a las nuevas modalidades de trabajo«, advierte a iProUP Ricardo Wachowicz, presidente de la Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT).
Con el teletrabajo en pleno desarrollo, Wachowicz afirma: «La figura del delegado deberá encontrar nuevas formas de estar conectado con los trabajadores. Lo mismo pasa con la industria 4.0 y la automatización sumadas a la inteligencia artificial, robótica e inteligencia artificial».
«Los robots ya están remplazando la mano de obra tradicional. Pero también es cierto que irán surgiendo nuevos puestos producto del avance de la tecnología«, agrega el directivo.
Desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) afirman a iProUP: «Debemos comprender que, producto del cambio tecnológico, surgen nuevas prestaciones de servicios que no refieren a la típica figura en relación de dependencia«.Federico Carrera, Managing Partner de High Flow-Grupo DNA, añade a iProUP que «con prácticas que ya empiezan a quedar fuera de vigencia dentro del mundo laborallos trabajadores deben gozar de nuevos instrumentos para ejercer su defensa«.

Y subraya: «La transparencia, la colaboratividad y una nueva forma de organización entre productores, distribuidores y clientes ponen en jaque a los sindicatos, que solo buscan entorpecer el normal desarrollo de las compañías y cuyos líderes quieren seguir enriqueciéndose injustificadamente».

A esto se suma que «las generaciones más jóvenes tienen menor propensión sistemática a la unión que las generaciones anteriores», confía a iProUP Leandro di Nardo, director de NUMAN.
Analizando la realidad actual, agrega que hay que tener en cuenta dos cuestiones:

  • «La contracción del sector manufacturero, generalmente muy sindicalizado«
  • «Como contrapartida, el fuerte crecimiento del sector servicios, en especial de Empresas del Conocimiento, donde las personas tienden a estar menos o nada sindicalizadas«

En este escenario, indica a iProUP Jorge Figueroa, director de Public Affairs y Sostenibilidad de Randstad Argentina, hay que considerar el rol histórico de los sindicatos en el país.
«Desde siempre han tenido una muy baja inserción en industrias y en rubros en lo cuales la mayoría de las personas tiene estudios terciarios o universitarios. Particularmente, en la industria de tecnología, las asociaciones profesionales han evidenciado una mejor recepción que los gremios, que no han tenido una muy buena imagen», señala Figueroa.
«A fin de cuentas -añade- la barrera que ha enfrentado los sindicatos en ésta y otras industrias para su desarrollo tiene que ver con la escasa percepción de valor que pueden generar en los potenciales afiliados».

Baja presencia en tecnológicas

Sin dudas, la del software es la industria en la que viene avanzando en la transformación de las modalidades de contratación y los consiguientes derechos de los talentos. «Ya cuando comenzó el debate por la nueva ley de Economía del Conocimiento, uno de los puntos de más resistencia fue la falta de un convenio colectivo de trabajo que lo regule«, dice a iProUP Miguel Terlizzi, presidente de HuCap.

En tanto, Roberto Luchi, profesor del IAE Business School y director del Centro CONSENSUS de la misma institución, asegura a iProUP: «La realidad argentina tiene una presencia histórica muy fuerte de los gremios. Animaría a las empresas a pensar escenarios de trabajo de largo plazo con ellos».

En esta misma línea, Hernán Baños, director General de Expertise Consultores, sostiene a iProUP : «La Industria del Conocimiento no deja afuera a los gremios, sino que aquellos que no evolucionan y no se modernizaneligen quedarse afuera. Hay muchos que ya lo hicieron y resultan ser ‘socios’ estratégicos para esta nueva economía».
«En los últimos años surgieron nuevos negocios, realidades y, por consiguiente, conflictos. Es necesario que los sindicatos acompañen estos cambios para poder representar bien a sus afiliados. En muchos casos, lo que sucede es que los gremios siguen eligiendo los métodos, modos y maneras de tiempos pasados«, aclara Baños.
Marcelo Brandariz, socio de PwC Argentina, a cargo de Laboral y Seguridad Social, remarca a iProUP que «estos cambios vinieron para quedarse y debemos pensar cómo adaptamos los modelos de representatividad sindical, el ejercicio de los derechos colectivos por parte de los trabajadores y la protección propia del derecho del trabajo».
Y resalta: «Hacerlo sin quedarnos fuera de los beneficios que para todos los actores implica la evolución y sin perder ninguno de los derechos que la normativa garantiza». Es normal que en un momento de transición existan tensiones entre quienes se aferran a cómo se hacían las cosas antes y los que prefieren innovar.
«Hay que entender que en la Industria del Conocimiento, Argentina es solo un player, los competidores son globales. De ahí, la necesidad de ser lo más competitivos posible», dice a iProUP  Daniel Iriarte, director asociado de Glue Executive Search.
Iriarte completa : «Acompañar el crecimiento que esta industria genera, requiere modernizar las leyes laborales, la educación y los sindicatos también, para posicionar al país en un mercado que es cada vez más competitivo, haciendo un esfuerzo conjunto».
«Creemos que tenemos por delante enormes desafíos, pero también oportunidades únicas de crear valor en un mundo cada vez más integrado», opina a iProUP Ignacio Plaza, presidente de la Cámara Argentina de Fintech.

En la vereda de enfrente, Paula Padilla, socia de Laboral de Auren, afirma a iProUP que la Economía del Conocimiento deja sin presencia a los sindicatosya que «no hay forma, al menos por ahora, de lograr el acercamiento a los empleados y el ingreso de los delegados a influenciarlos».

¿Y las plataformas?

Otro punto a repensar es la relación entre los trabajadores autónomos y los sindicatos. «Esto es diferente, pues si estos trabajadores son contratados para realizar tareas que deberían ser encuadradas en una relación de dependencia, entonces los sindicatos verían disminuir sus aportes a la Obra Social«, señala el presidente de FAETT.
Este tipo de modalidades va marcando la pérdida de presencia de los gremios y quizá, el ejemplo mayor sea lo que sucede en las firmas de economía colaborativas o las plataformas que unen oferta y demanda, como las apps de delivery.
Wachowicz afirma que, de esta forma, «se esfuma la condición de empleado y empleador, y en esa situación desaparece el financiamiento de la Seguridad Social, con las serias consecuencias que ello puede ocasionar».
«Por eso, decimos que el empleo temporario es una excelente herramienta que puede actuar como una eficaz plataforma que una oferta y demanda, pero siempre dentro de los estándares de formalidad necesarios para la protección de los trabajadores», resume el tiular de la CAC.
Desde la entidad resaltan la importancia del «tratamiento adecuado de todos los aspectos en torno a las relaciones laborales. El trabajo de plataformas es un fenómeno creciente e irreversible, aumentado por la pandemia Covid-19″.
Siguiendo esta línea, Gonzalo Tanoira, presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, concluye: «Los trabajadores autónomos podrían tener representación sindical si hubiera un gremio que identificara la necesidad y les ofreciera un servicio que sea valioso».
Los sindicatos no fuera de la economía 4.0, pero tampoco su existencia está asegurada. Les cabe las mismas generales de la ley de la economía digital: si no se adaptan a las demandas actuales, su futuro peligra.
 

Autor: Marysol Antón